Día del maestro

 

 

 

¡Buenos días!

 

En el post de hoy no voy a enseñaros ninguna manualidad (eso lo dejo para más tarde). Hoy quiero dedicarle este post a todos los MAESTROS a los que conozco, que no son pocos.

 

A aquellos que siguen luchando por poder trasmitir una enseñanza de calidad, a aquellos que disfrutan compartiendo muchas horas con niños de diferentes edades procurandoles un futuro mejor, trasmitiéndoles todos los conocimientos tanto curriculares como humanos. A aquellos que se quedan hasta las tantas corrigiendo examenes, montando los decorados del festival de Navidad y a aquellos que sufren lidiando con tantas familias día tras días.

 

A aquellos que se emocionan cuando uno de sus alumnos le regala su primer garabato; a los que se les eriza la piel cuando van a la graduación después de dos cursos de muchas alegrías y alguna que otra pena; a aquellos que seguimos peleando por la normalización en las aulas y a aquellos a los que se nos rasga un poquito el corazón cuando tenemos que despedirnos de los alumnos porque otro centro nos espera.

 

También se lo dedico a todos los maestros que me enseñaron todo lo que sé, tanto en la escuela como en la universidad; a todos los grandes profesionales con los que he podido compartir tan buenos ratos y me han dejado aprender de ellos tantas y tantas cosas. A todos los especialistas ya que sin ellos el centro no sería lo que es; a los siempre 'olvidados' del departamento de Orientación por su laborioso trabajo y a todos los profesionales que trabajan muy duro y su labor apenas es reconocida en centros de reinserción, hospitales, escuelas, programas, academias... porque ellos también lo son.

 

Para todos aquellos que hacen que su profesión sea una pizquita de aliento en el futuro. Para todos aquellos: ¡FELIZ DÍA DEL MAESTRO!

 

@Mooncoke

 

EDUCAR

Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.

Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.

Gabriel Celaya